"No cabe duda
que el elemento que más condiciona nuestra vida actual es el vehículo
emocional. Es el mejor motor que tenemos para ponernos en acción, pero
al mismo tiempo es el responsable de nuestras depresiones, miedos,
temores, angustias y toda esa secuela de elementos que conforman lo que
podríamos llamar nuestras penurias.
Las emociones son como la sal que le ponemos a las ensaladas. Un
poquito, les exalta su sabor, pero si se nos pasa la mano... ¡no hay
quien se las coma!
Es como un
espejo en donde están reflejadas todas las "cosas de este
mundo", aquellas que nos empeñamos en tener, que deseamos, que
tenemos, a las que estamos aferrados o hemos querido tener. Y este
cuerpo se ha unido tanto al intelecto que mucha gente desea y cree que
piensa...
La vida no se
puede medir por lo que se posee sino por lo que se es, el tener es muy
diferente al ser, sin embargo, aún sabiéndolo, vivimos prisioneros del
tener y esclavos del cuerpo emocional."
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