No soy de piedra, no puedo quedarme al pie del cañón esperando una señal, no puedo actuar indiferentemente, no puedo hacer como si las cosas no pasaran, no puedo pensar que vivo en un mundo rosa, porque sería engañarme, sería creer que no existen las cosas malas, que soy invencible, y que nada me puede hacer daño, y no es así. Hay cosas y muchas de esas cosas hacen heridas que por el paso del tiempo cicatrizan y después desaparecen porque fueron cosas sin demasiada importancia, pero hay otras heridas que dejan una cicatriz permanente que no se va, que se ve, queda el rastro de lo que fue un doloroso momento, de angustia, y ahí me doy cuenta de que tengo sentimientos, que me hacen ver las cosas de otra manera, que me hacen entender que las cosas no eran como yo creía. Pero no puedo hacer como si nada hubiera pasado, me tengo que dar cuenta de que cada vez me voy haciendo más consciente del mundo en el que vivo, con demasiadas crueldades, y cada vez me doy cuenta de que no soy impenetrable, que no puedo aislar mi corazón y mis sentimientos a los demás, no puedo formar una barrera anti-sentimientos, sin apenas dejarme conocer.
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