Decir adiós no es una frase, implica el abandonar una parte de tu vida para comenzar una nueva. El dejar no solo a la persona de quien te despedís sino todo lo que te ata a ella, no significa olvidarla, al contrario, significa recordarla pero sin dolor.

Para decirle adiós a una persona primero tenés que estar completamente seguro quién querés que salga de tu vida, de que vos te dirigís hacia un camino donde no hay cabida para los dos; pero sobre todo tenés que asegurarte de que esa despedida es para los dos, el capítulo final de un libro lleno de recuerdos felices que llevarán toda su vida.

Si no podés convencerte de esto, es inútil que le digas adiós a esa persona que querés, porque esto va a dejar de ser un hecho, para convertirse en una frase fría y vacía que al contrario de hacerte más fuerte, te desgarra el alma al repetirte cada día, qué habría pasado si en vez de abandonar ese alguien hubieses luchado por él y esa es una duda que con el tiempo se convierte en frustración, en un capítulo vacío que te esforzás por borrar y tanto va a ser tu esfuerzo que lo vas a recordar aún más.

Dicen muchos escritores que recordar es volver a vivir y el volver a vivir un capítulo triste de tu vida te va a hacer temer cada día más en volver a equivocarte con alguien.

Todo en esta vida es pasajero, pero no es fácil dejar que la vida pase frente a tus ojos sin que vos sepas que la estás desperdiciando en cosas inertes que solo te hacen creer que sos feliz sin preguntarte si lo sos.

Porque a veces vivimos tan esforzados por encontrar la gran felicidad que nos olvidamos de esas pequeñas alegrías que le dan sentido a nuestras vidas.

Estás seguro de que el decirle adiós a esa persona que querés es un hecho que te conlleva a ser una persona feliz, realizada y sobre todo consciente de vivir su vida plenamente y que el día de mañana vas a recordar a esa persona y no te atormentará.

Qué hubiese pasado si...? Analizá y cuestioná antes de tomar una decisión, porque esto te va a ayudar a crecer como ser humano hoy y para siempre.