jueves, 24 de marzo de 2011

"Es muy fácil confundir amor con obsesión, pero no son lo mismo. El amor está en todo el cuerpo, la obsesión solo está en la cabeza. Te encierra en tu burbuja, te aísla, te adormece. Cuando no hay amor aparece la obsesión, para aturdirnos, para hacernos creer que sentimos algo cuando en realidad no sentimos nada, porque estamos vacíos, vacíos de amor. El amor saca lo mejor de uno, y la obsesión lo peor. A veces podemos parecer valientes, arriesgados, y en realidad lo que nos empuja es estar ciegos, obsesionados. Por la obsesión se puede hacer cualquier cosa, se puede lastimar tanto… Porque la obsesión al fin y al cabo es un medio para llegar a ningún lado, o para llegar demasiado lejos. Trampas en nuestra cabeza, y ahí vamos inocentes entregando nuestro cuerpo, creyendo que ese camino nos llevará hacia el amor justificando los medios por ese fin. Y en nombre del amor, matamos al amor. Por eso las obsesiones son tan peligrosas, porque es un lugar del que nunca se vuelve."

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